lunes, 16 de julio de 2012

¡Esto no son recortes, son hachazos!


Miles de funcionarios se han manifestado desde las 20.00 horas de este domingo, y durante varias horas, por el centro de Madrid para protestar por los recientes recortes aprobados por el Gobierno central, entre ellos la supresión de la paga extra de Navidad a todos los empleados públicos y la reducción de los moscosos, y el tráfico de algunas calles ha sido cortado a medida que la marcha ha ido avanzando. Según han informado fuentes de la Jefatura Superior de la Policía, hasta las 23,30 horas, la marcha, que no cuenta con el permiso de la Delegación del Gobierno y que fue convocada a través de las redes sociales, ha avanzado de forma pacífica y sin que se produjeran incidentes, aunque con una fuerte presencia policial
La protesta ha terminado cerca de las 02:30 horas cuando un grupo de unos doscientos trabajadores de la Administración y del sector público que estaban concentrados en simbólica acampada en la plaza de Neptuno de Madrid y mantenían cortado el tráfico han disuelto la protesta, tras solicitarlo la policía.
Entre los concentrados ha habido muchos profesores vestidos con las camisetas verdes símbolo de la reivindicación de la educación pública, pero también sanitarios, trabajadores de la Administración Pública y policías, así como un nutrido grupo de bomberos que, vestidos con sus trajes y sus cascos, han encabezado la mayor parte de la marcha.
La concentración había sido convocada a través de las redes sociales con la intención inicial de acampar frente al Congreso de los Diputados pero la Policía Nacional ha impedido a los manifestantes acceder al tramo de la Carrera de San Jerónimo en el que se ubica el Palacio de las Cortes, fuertemente blindado por los efectivos de la Unidad de Intervención Militar, por lo que se han reunido en la Plaza de Neptuno. Desde ese punto, los trabajadores públicos han avanzado por el Paseo de Recoletos hacia la Fuente de Cibeles y la Plaza de Colón y desde aquí, han ido a la sede del PP, en la calle Génova. Después han dado la vuelta para regresar hacia Alcalá en dirección a la Puerta de Sol y a las cercanías del Congreso.
Durante el transcurso de la marcha se han escuchado gritos en contra de las medidas aprobadas por el Ejecutivo el pasado viernes, cánticos en los que se pide la dimisión del presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, o 'Menos crucifijo y más trabajo fijo' y llamadas a la movilización ciudadana como el 'Juntos podemos'. 'Tu madero, aprende del bombero' ha sido otro de los cánticos que se ha podido escuchar, especialmente cuando alrededor de las 23,00 horas los miembros del Cuerpo de Bomberos participantes en la marcha han hecho una sentada frente a los antidisturbios, en la Carrera de San Jerónimo en el entorno de la Plaza de Canalejas.
http://www.hoy.es/rc/20120716/mas-actualidad/nacional/cientos-funcionarios-protestan-contra-201207152203.html

lunes, 2 de julio de 2012

ESPAÑA 4-0 ITALIA

La selección que inició su quijotesca aventura en Viena hace cuatro años y luego llegó a la Luna en Johanesburgo descorchó en Kiev la triple corona, lo que parecía un viaje a Marte. Toda una hazaña para esta España que decidió sublevarse contra la nomenclatura del fútbol, que nunca imaginó semejante heterodoxia. Cuando la imaginación confabulaba contra los resultados, decían en algunas escuelas, la selección apostó por un rasgo diferenciador que la ha llevado a la cima en los podios y al corazón universal de las hinchadas. Esta selección civil, sin la caspa patriótica de antaño, ya no despierta escepticismo sino admiración. También se la ganó en su tercera Eurocopa, conquistada ante Italia en un partido que subrayó que este equipo juega y compite, con delanteros o sin ellos, pero siempre se las ingenian, porque tiene a un puñado de jugadores que son relojes con botas, unos caras pálidas que bajo esa apariencia frágil compiten como fieras. Lo mismo que los que tienen más pértiga, de Casillas a Busquets, pasando por Alonso, Ramos o Piqué. A falta de arietes, dos gnomos,Silva y Jordi Alba, el primero, para alimentar aún más el misterio, encima de cabeza, iniciaron la reconquista y despacharon a un rival que resistió cuanto pudo con nobleza y honor, aceptando el tremendo castigo en un ejercicio de hidalguía.


Tan imprevisible es esta España que por no tener no tiene ni vedetismos. Nada de pavos reales y narcisos, la gloria se la han repartido por igual en los tres campeonatos que la han entronizado. Desde su primer paso hacia la gloria, uno ha sido once y once han sido uno, alejados del mundo espumoso de las celebridades porque el fútbol es su objeto de pasión y lo comparten. Otros lo consumen, ellos lo disfrutan como enanos. Quizá porque se saltan todos los manuales, como por ejemplo meter más goles que en el Mundial de Sudáfrica y los mismos que en Austria mientras el personal se entretiene con el debate del nueve. Sin él también afrontó la final y le bastó un tiempo con momentos sublimes de fútbol, esa oda a la pelota con la que tanto disfrutan, para abatir a Italia. Y para los incrédulos: el equipo del tiquitaca defiende tan bien en rondo que ha recibido un gol en todo su periplo por Polonia y Ucrania.

España arrancó con más ritmo del que solía en este campeonato. Alonso, fantástico de principio a fin, con el balón y sin él, tiró de catálogo en defensa y ataque, Xavi volvió a ser el satélite que acostumbra, Iniesta se alistó al Bolshoi y Cesc puso a todos en órbita con sus movimientos entre la zaga azzurra. Antes del cuarto de hora, Iniesta filtró un pase al interior del área para Cesc, que llegó como una lagartija, amagó, sacó de rueda a Chiellini y a su centro desde la línea de fondo llegó Silva, dos palmos de falso cabeceador, que con la coronilla batió a Buffon. Uno de los muchos arcanos de este equipo.

El gol tuvo mal efecto para el grupo de Del Bosque. Italia, valiente como en todo el torneo, no especuló, lo que en otras épocas hubiera sido lo suyo, por más que fuera por detrás en el marcador, dio un paso al frente y España perdió la posesión. Sin un delantero que ponga en fila al equipo, le cuesta jugar a campo abierto, porque sus ataques son de acordeón, al pie, hilo a hilo. Casillas intervino en varios saques de esquina y en dos remates de Cassano y Sergio Ramos se creció asalto a asalto con Balotelli, un tipo forrado de músculos. España recuperó el mando. Dentro del gran nivel de todos, la vuelta del mejor Xavi resultó capital. Con la selección a sus pies todo gravita mejor, máxime si da puntadas con gente como Alonso e Iniesta, que gobernaron el partido con excelencia.

La resistencia italiana se desvaneció cuando al filo del descanso Xavi se lanzó solo a una contra. Le auxilió Jordi Alba, que esprintó desde su campo como un jamaicano y se infiltró entre la tropa adversaria. Xavi le citó con Buffon, mano a mano. Alba cerró la jugada como si llevara una década en la pasarela internacional. El delirio español, un azote definitivo para Italia, que se vio por detrás en el marcador y en el juego sin que su portero y capitán hubiera hecho una parada. Enigmas de esta España. Una cruz para esta Italia de nuevo formato, encomiable todo el torneo, pero que se encontró con un rival desatado, que vive en su nirvana particular. Sin los tres centrales, esta vez, como ocurrió en el primer partido de este campeonato, no hubo enredo para los españoles.

En el segundo acto se activó la marabunta y todo fue una fiesta española. Todo le salió a pedir de boca. La pelota era suya, se multiplicaban los espacios, las llegadas. Con Piqué, Ramos, Arbeloa, Busquets y Casillas de sostén, España se sintió en el pasillo de casa. Llegó el momento de Del Bosque, ese entrenador que interviene como entrenador y siempre de puntillas a ojos ajenos. Sí, ese técnico que primero sueña los cambios y luego los aplica con el mismo resultado que en sus desvelos. Apareció Torres y tuvo su gol, un gol que evocó al de Viena, y que le sitúa como el único que ha marcado en dos finales de la Eurocopa, apareció el compás inigualable de Xavi, la zancada del madrileño y la caricia a la pelota frente al portero. Todo apuntaba a que el ciclo se cerraría con el mismo protagonista, pero a Del Bosque le quedaba Mata en la chistera, premiado con minutos por primera vez. Este entrenador bendice a los suplentes: gol de Mata. Un broche celestial para un equipo ya incunable, embriagador, ganador de dos Eurocopas y de tres grandes citas seguidas, y en el que nueve de sus futbolistas han repetido éxito de Viena a Kiev. En un país que vivió un siglo del monocultivo de sus clubes, hoy no hay mejor club que esta España feliz.
http://deportes.elpais.com/deportes/2012/07/01/eurocopa_futbol/1341164591_451858.html