sábado, 25 de septiembre de 2010
RESTAURANTE "ALGO ASÍ"
El restaurante es un lugar muy peculiar que está ubicado en medio del campo sin ninguna indicación en la carretera. Está regentado por una pareja de suizos, Frank y Susanna Sinzig, que hace unos años decidieron venir a España y montar su propio restaurante en las afueras de Cañamero (Cáceres). Solo se puede acceder con una reserva previa realizada con un mínimo de 24 horas y abren únicamente de viernes a domingo. En verano sólo dan cenas y la verdad es que hay que reservar con bastante antelación ya que es un sitio muy concurrido. Si vas una vez repites seguro.
El menú lo deciden ellos, así que es toda una sorpresa cada vez que vas, si se tiene algún problema médico como diabetes, hipertensión... ellos adaptan el menú si se avisa al hacer la reserva. Los productos vegetales son de su huerta, el pan, las bebidas -salvo el vino-, licores... son de producción propia. El tipo de comida es internacional y con cada plato el propio Frank explica de donde procede, cuales son sus ingredientes y como está cocinado El vino es de la tierra y lo elaboran para el restaurante en un pueblo de Badajoz.
Al pagar te entregan una ficha de barro por cada comensal, cuando juntas diez fichas las puedes canjear por una comida. Después de comer, nos recomendaron un "paseo digestivo" por una senda que lleva al taller de un artesano alfarero, que en realidad es un artista que ha hecho varias exposiciones por el mundo y actualmente se ha retirado a esta zona tranquila donde experimenta con diversas técnicas.
El menú lo deciden ellos, así que es toda una sorpresa cada vez que vas, si se tiene algún problema médico como diabetes, hipertensión... ellos adaptan el menú si se avisa al hacer la reserva. Los productos vegetales son de su huerta, el pan, las bebidas -salvo el vino-, licores... son de producción propia. El tipo de comida es internacional y con cada plato el propio Frank explica de donde procede, cuales son sus ingredientes y como está cocinado El vino es de la tierra y lo elaboran para el restaurante en un pueblo de Badajoz.
Al pagar te entregan una ficha de barro por cada comensal, cuando juntas diez fichas las puedes canjear por una comida. Después de comer, nos recomendaron un "paseo digestivo" por una senda que lleva al taller de un artesano alfarero, que en realidad es un artista que ha hecho varias exposiciones por el mundo y actualmente se ha retirado a esta zona tranquila donde experimenta con diversas técnicas.
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