Fue un estallido provocado por la pólvora, pero sonó igual. No hubo un
fogonazo de luz, pero los cristales de los bloques de viviendas cercanos
vibraron como si mil fuegos artificales hubieron explosionado a la vez. Las
26.000 gargantas que gritaron al unísono cuando el canario Hernández Hernández
silbó el final del partido entre el Real Valladolid y el Alcorcón, llevaron el
sonido hasta el vecino Zaratán y fueron la señal de que podía empezar la fiesta
del ascenso, la desbordante alegría qeu provoca el regresar a la Liga de las
Estrellas. Real Madrid, Barcelona, Atlético, Athletic... los grandes equipos
españoles volverán a pisar el césped que Javier Clemente definió como el mejor
de cuantos hay en España. Y esa misma idea merecía ya más de un abrazo, más de
un beso dado con emoción a un desconocido que no lo era tanto después de más de
hora y medio de sufrimiento.
Con el pitido final ha empezado la fiesta, la algarabía, el jolgorio.
Zorrilla es un circo gigantesco, en el que la educada afición del conjunto
alfarero es el invitado que decide sumarse al evento. Al fin y al cabo, ellos
también tienen mucho que celebrar; que un equipo de su modestia se quede a un
paso de la élite del fútbol es algo digno de elogio.
Los jugadores del Real Valladolid han aparecido para las celebraciones con un
ejemplar de El Norte con la noticia del ascenso. Vuelta a Primera dos temporadas
después, Pucela regresa al lugar que nunca debió abandonar. Y comienza el
espectáculo. Zorrilla, iluminado como las grandes noches, escucha las palabras
de los capitanes, del entrenador, es el aliento de una noche mágica que se
prolongará hasta muy cerca del amanecer por todas las calles de la ciudad.
http://realvalladolid.elnortedecastilla.es/noticias/2012-06-17/real-valladolid-asciende-primera-201206170003.html